Inmaculada Olivero visita las salinas Bartivás

La Delegada Territorial de Economía, Hacienda, Fondos Europeos, Política Industrial y Energía de la Junta de Andalucía en la provincia de Cádiz, Inmaculada Olivero, conoció en el día de ayer la realidad de uno de los sectores más tradicionales de la economía chiclanera: el sector salinero.

Se trató de una visita institucional, en la que estuvo acompañada por el gerente de la salina, Antonio Ruíz Serrano, su hijo, y de las ediles del Partido Popular en el Ayuntamiento, Desiré Olivero y María José Campos.

Olivero, quien está visitando diversos rincones de interés de nuestra provincia, ha tenido la oportunidad de conocer ‘in situ’ las salinas de Bartivás, unas instalaciones destinadas a la obtención de sal de manera artesanal, a partir de agua de mar.

La Delegada, se muestra “agradecida a la familia propietaria por la posibilidad de visitar un complejo que desde 1927 produce un producto local de tanta calidad como la sal obtenida por medios tradicionales”, y destacó “la cada vez mayor importancia y repercusión de esta industria, que ya exporta más del 90% de su producción, fuera de nuestras fronteras”.

Olivero destaca que la actividad salinera “es una fuente de riqueza tradicional, a la que las administraciones deben ayudar”, y en este sentido reafirma “el compromiso del gobierno de Juanma Moreno, desde la Delegación de Economía, a la de Medio Ambiente y Agricultura de la Junta de Andalucía, por ir de la mano del sector”.

En la visita, la Delegada ha escuchado las reivindicaciones del sector, que pasan desde la dificultad de competir con el gran volumen de producción de las grandes industrias transformadoras de sal, totalmente maquinizadas; la necesidad de encontrar vías con las administraciones públicas, para que el proceso de envasado y comercialización de la sal virgen tradicional se haga también dentro de nuestra provincia; o la creación de barreras naturales que protejan a las salinas de la entrada de suciedad de los polígonos industriales cercanos.

La empresa Bartivás, que divide su producción entre las salinas de Santa Ana, y la de Santiago, es una de las pocas que producen sal marina virgen de manera totalmente artesanal, y goza de las certificaciones de calidad que la acreditan como productora de sal 100% ecológica.