El Día de la Hispanidad, es un acontecimiento que los españoles celebramos en Ia calle, junto a nuestros vecinos y amigos, demostrando, con ello, el profundo respeto a la gran diversidad de nuestro país.

La primera vez que un gobernante habló de la posibilidad de hacer una fiesta nacional, y por Io tanto, un reconocimiento expreso a la Fiesta Nacional,fue en el siglo XIX, con la conmemoración de los 400 años del día en que las carabelas de Colón arribaron en las costas americanas, gesta sin la que no se puede entender España.

Este día, por tanto, no solo no es un acontecimiento elegido al azar o una fecha marcada en rojo en el calendario solo para celebrar; sino que lleva consigo,  un poso histórico, cultural y político, que nos identifica como nación en todo el mundo.

Hoy, los españoles celebran una vez más, que, la convivencia y unidad entre los diferentes pueblos que componen nuestro país, es un valor constituyente de la moderna España; y su pluralidad en el marco de la Constitución de1978, el espacio donde desarrollarse.

En este sentido, muestro país es uno de los pocos del globo, donde las nacionalidades y regiones que lo forman, gozan de mayor auto gobierno y autonomía. Por ello, no se comprenden ni las intenciones de los separatistas, ni el apoyo de algunos partidos políticos de ámbito nacional, a la formación de gobiernos con quienes quieren la destrucción del marco de paz y estabilidad, que nos legó la Transición Española.

Bajo ningún concepto, podemos permitir que la Soberanía Nacional, que como bien define la Constitución en su artículo 1, “reside en el pueblo español del que emanan los poderes del estado”, sea continuamente puesta en duda por una pequeña parte del mismo, que, además, pretende decidir de manera unilateral y al margen de la Ley, el futuro de todos.

Hoy, celebramos que España es una nación donde las opiniones y reivindicaciones, sean del tipo que sean, siempre que no impliquen violencia o imposición, son legítimas; dentro de las reglas del marco de un sistema constitucional fuerte. 

En momentos de crisis política y económica como los que vivimos, son los pueblos unidos en torno a un proyecto común como el nuestro, los que están en mejor posición para seguir adelante.

El separatismo es por tanto, una ideología que no debe condicionar el futuro de todos los españoles. Nuestros esfuerzos, deben centrarse en ayudar a la ciudadanía a salir de esta crisis, mirando por las próximas generaciones y no en proyectos políticos “personalistas”, que solo piensan en el utilitarismo de una visión política a corto plazo.

El mundo de hoy es global, tiende a unirse, no  en un único pensamiento, sino en modelos políticos y de gestión fuertes, como demuestran entidades supranacionales como la Unión Europea, de la que formamos parte desde hace ya treinta y siete años, y que nos hermana con muchos otros pueblos del Continente.  

Para terminar, querría desde Andalucía, una tierra abierta y plural en culturas, animar a todos nuestros compatriotas, a celebrar el Día de la Hispanidad como una fecha muy importante, en la que poner en valor los valores de convivencia y encuentro, que han marcado la historia reciente de España.